Habitación 0033 - OrionModgur

Miraba por la ventana para ver que tiempo haría hoy, la verdad es que no parecía muy animado. Las nubes tapaban el sol y el entorno era mas frío que cálido. Sonreí un poco, al menos no pasaríamos calor puesto que en la ruta no tenía muchos arboles donde uno descansar.
Me giré, encima de mi cama ya tenia mi bolsa preparada, aun con algunos objetos en el exterior que me permitía organizar bien el contenido. Metí la poción dentro de uno de los compartimentos y luego el libro con propiedades mágicas que me ayudaba a concentrar con mayor eficacia mi mana. Por último metí el libro de historia que tenía que terminar.

- ... Creo que ya esta...

Me dije a mi misma. Me equipe con el escudo y cargue con la bolsa. Me dirigí a la puerta pero unos golpes en el cristal me llamaron la atención. En la ventana había un halcón negro muy familiar. No pude evitar sentirme un poco querida. Le abrí la ventana y entró galante aterrizando encima de un poste especial para esta ave.

- Es de mi hermano...?

Le pregunte mientras lo acariciaba y el se dejaba quitar la carta que llevaba a la pata. Cuando le quite el trozo de papel, Flecha, que así se llamaba el halcón, gazno quejándose, le gustaban las caricias, pero lo que más le gustaba era algún premio por el viaje.

- No que quejes... - Le acaricié la cabeza y él me dio ligeros picotazos pidiéndome su recompensa - Ya sabes que siempre te guardo algo para ti...

Me alejé de él mientras guardaba la correspondencia en mi bolsa, como tenía prisa ya me lo leería por el camino. Me agache para sacar una jaula de debajo la cama. Allí tenia unos pocos ratones que alimentaba para luego dárselos a Flecha. La elegante ave batió las alas impaciente al oír los chillidos de aquellos pequeños animales. Cogí con cuidado al primero que se dejo y me acerque al plumifero animal que ya se debía relamer su pico.
Agarró sin piedad alguna al diminuto mamífero y ferozmente empezó a picarlo hasta abrirle algún agujero del cual empezase a derramar sangre. Me dio pena el pequeño ratón, pero así era, o él o yo. No me haría ni pizca de gracia que ese pico afilado se clavara en mi piel.

- Te dejo la ventana abierta por si quieres volver con Egas...

Deje a mi cartero disfrutar de su regalo y me marche hacia la zona de carruajes. Mire la hora en el gigante reloj de arena que a media noche, mágicamente daba la vuelta y el ciclo volvía a empezar. Bien, llegaría justo pero no tarde.

Cuando llegue a la habitación Flecha estaba completamente dormida. Procure no hacer ruido para no despertar el pobre animal y deje todos mis pertenencias encima de la cama. Al ver a Flecha me recordó que aun tenía que abrir la carta de mi hermano, Egas. Suspire, puesto que con tanta acción no me acordé de leer su correspondencia.
Cogí el sobre un poco machacado por culpa de la pelea contra los ghooa y me senté en el escritorio para leer tranquilamente. Además es donde mejor luz natural había y por lo tanto los ojos no se me dañarían por el esfuerzo de leer con poca luz.
Cogí el objeto metálico de la mesa, un poco afilado y que me servia para abrir los mensajes que me llegaban en sobre. Una vez hice el corte desde una esquina a otra, saqué el papel blanco con el contenido de la letra de mi hermano. Empecé a leer.

Citación :

Querida hermana,

Como habrás imaginado, si, soy yo el que te escribe, Egas. Te hubiera extrañado si uno de los otros de la familia hubiese utilizado a mi preciosa Flecha para contactar contigo, sobretodo para contactar.

Sonreí levemente, la verdad es que nunca había recibido ninguna carta de mis otros familiares, ni tan siquiera me respondieron cuando les envié los papeles que confirmaban que había aprobado los exámenes y que ahora pertenecía a los Academicos de Syndri. El único que se sintió orgulloso fue Egas, aun así me confesó que estaba preocupado por mi.

Citación :

Iré al grano... Desde que te uniste a los Academicos de Syndri, bueno, me has hecho pensar... Vivir como vivimos esta bien... Pero... ¿Donde esta esa nobleza de la que habla tanto nuestro padre?¿Porque antes luchar y ahora, que ya tenemos títulos, no? Empiezo a pensar que tenias razón... Si tenemos ese titulo de nobleza deberíamos demostrar a los demás que el titulo nos corresponde...

Me quedé pensando... La verdad es que si, pensaba así, pero el principal motivo de mi unión a la academia no fue por honor o orgullo, fue porque quería servir a mi país... Porque no me gustaría que la gente sufriera una guerra... Seguí leyendo...

Citación :

No me mal interpretes, ahora no me uniré a los Academicos...

"¿Como?"

Citación :

No quiero que te preocupes, y menos que te enfades... Pero me iré con un grupo independiente a las leyes... Ya lo se, si nos encontramos seremos enemigos... Pero... Me gusta ser libre... Sin tantas normas como las de la Academia... Y tal vez si, tienen métodos poco ortodoxos, pero cuando tenga suficiente experiencia montare mi propio grupo y demostrare al mundo que no soy un noble con titulo por nacimiento, sino que soy un noble por mis acciones... ¡Seré justo y leal a los principios olvidados de nuestra familia!

"Que locura..." Baje la mirada pensativa. Esos grupos rebeldes eran muy mal vistos por la academia porque siempre ponian en peligro las amistades tensas entre países. Continué la carta.

Citación :

Gracias por hacerme abrir los ojos. Eres la hermana menor, ¡Pero la que más cabeza tiene!

Te quiere mucho:

Tu hermano, Egas

Suspire, y luego releí por encima una segunda vez. Guarde el mensaje y ordené las cosas que tenía encima de la cama. Cuando me estire en ella y mire al tejado volví a pensar "Que locura..."

A la mañana siguiente unos suaves golpes sonaron en la puerta de su habitación. Después de amenazar a unos cuantos estudiantes que pasaban por allí para que le respondiesen, Tirelios había conseguido dar con la puerta correcta, y esperaba delante suyo a que alguien respondiese. Unos segundos golpes sonaron.

- Pr... esto, como se llamaba... Orion? Estás dentro?

Oí alguien llamarme, abrí lentamente los ojos y aparté el libro que tenia encima de mis pechos. Al final me fui a dormir muy tarde... Mire la posición del Sol, luego el reloj de arena. Se había hecho tarde. Me levante para no hacer esperar a la persona que me llamo, aunque no sabía muy bien quien era porque no escuche bien su voz. Sin cambiarme, solo con el pijama puesto abrí la puerta.

- ... Tirelios... - Al verle, di un paso atrás y le invite a entrar - Disculpa mi aspecto...

Luego bostecé y le preparé un asiento. Flecha batió las alas al ver a Tirelios y gazno un poco porque quería que le prestasen atención. Mientras Tirelios se acomodaba en su asiento yo fui al armario a cambiarme. Me quite la suave camisa de lino y busque el uniforme.

- ¿Que ocurre?... - Gire la cara para poderlo mirar, puesto que estaba de espaldas a él

El joven mago se sonrojó ligeramente y desvió la mirada cuando la puerta se abrió - Eh, ah... ¡Vaya, creía que era imposible que una maga tan ejemplar se quedara dormida...! - Tirelios se burló titubeante, y entró despacio en la habitación. Se sentó en una silla que Orion le indicó, y prudentemente giró la cabeza hacia un pequeño lienzo que decoraba una pared cuando la muchacha se disponia a cambiarse.

- ¿Qué ocurre...?

Tirelios empezó a buscar en su bolsillo, algo nervioso - El subdirector me ha enviado un mensaje sobre una misión, y me ha dicho que busque a alguien para ir... - Con la mano deslizó la carta plegada en una mesita que había cerca - La misión es en Obaah, y se que conoces la zona, así que he pensado que quizás no estarías demasiado cansada después de lo de ayer... - Volvió a poner la mano en el brazo del sillón, incómodo - Si no te va bien da igual, ya buscaré a alguien más...

- Me parece bien...

Ya me había puesto la parte de arriba del uniforme, pero con un par de botones aun sin abrochar. Me acerque a Tirelios y cogí la carta la leí por encima.

- Entiendo...

Le dí la carta a Tirelios, puesto que ya sabia lo suficiente. Me dirigí a un lado de la habitación donde había un espejo de pared simple pero bonito y un peine. Me empecé a peinar un poco. Luego volví a dejar el utensilio al mismo sitio y me levante para dirigirme a la mesita de noche, allí cogí mis guantes y me los coloque, luego cogí el colgante y lo deje colgando en mi cuello.
También acabé de atarme bien los botones y regresé al armario para acabar de vestirme. Al terminar volví con mi invitado.

- Ya estoy... - Expulsé la ropa con cuidado y me plante delante de mi compañero - Es un placer volver a trabajar contigo...

- Igualmente, supongo... - Tirelios se levantó de la silla, y empezó a andar hacia la puerta - Será mejor que vayamos cuanto antes. Los preliminares del festival empezarán en pocas horas, y deberíamos estar vigilando desde el primer momento... - Miró a su compañera y abrió la puerta - Vamos yendo?

Asentí con la cabeza y fuimos a buscar las monturas que nos llevarían de nuevo a Obaah. Mientras íbamos hacia allí bostecé un par de veces, ir a dormir tan tarde no era bueno, y menos después de una misión.