La habitación de Presea era bastante grande puesto que Quinny necesitaba de un lugar cómodo para dormir, aunque a veces dormía juntamente con su dueña. La luz del sol entraba y la chica estaba haciendo sus abdominales en el suelo de su habitación mientras su fiel can tomaba el sol dormido.
Un ruido agudo que solo pudo percibir el compañero de Presea le izo despertar del agradable sueño. Alzo las orejas y las dirigió a donde provenía el molesto ruido.
- ... Presea...
- ¿Si Qunny? - Pregunto la dueña
- Parece que nos llaman... - Dijo con voz tranquilizadora
- ¿Eh?... A nosotros... - Termino de hacer ejercicio y miro a su lobo - ¿Otra vez el almirante?
- Diría que sí... Si, es su silbato... - Movió ligeramente las orejas al oír otra señal - ... Sangine...
- ¿Tenemos que traer a ese también?
- Parece que si... - Se levanto y se estiro - Yyyaaawwwwnnnn... - Luego se expulso - Tal vez sea una nueva misión... - Sonrió
Presea también se levanto e izo crujir sus dedos, con una sonrisa satisfactoria en su bello rostro.
- Eso espero... ¡Vamos a despertar a ese holgazán!